Fernández Ruiz, Graciela
Correo electrónico: gfernandez@colmex.mx
Telefono +(52) 55 5449 3000
Extensión: 4021
Líneas de investigación: Semántica -- Relaciones semántica-pragmática -- Teoría de la argumentación
Semblanza
Doctora en lingüística por El Colegio de México y licenciada en Filosofía por la Universidad Panamericana.
Desde 2011 es Profesora-Investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, donde forma parte del Seminario de Semántica y Sintaxis (CELL) y del respectivo Cuerpo Académico (PROMEP). En el Doctorado en Lingüística de El Colegio de México imparte la asignatura de Semántica. También ha sido docente en otras instituciones, como la Universidad Panamericana (donde fue profesora de Introducción a la Filosofía, Antropología Filosófica, Lógica I, II, III y IV, Historia de la Filosofía I y II, entre otras), la Universidad Nacional Autónoma de México-CELE (Pragmática, Semántica), la Universidad Autónoma de Querétaro (Epistemología y Lingüística) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (Filosofía del Lenguaje). Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1) y cuenta con el Perfil PROMEP.
Mi interés por la semántica y la pragmática, áreas dentro de las cuales se sitúa mi investigación, tuvo su origen cuando, durante mis estudios de filosofía, analizaba textos argumentativos. Me di cuenta de que muchos de los contenidos implícitos que servían para hacer persuasiva o razonable una argumentación no eran analizables con las herramientas de la lógica formal, sino con instrumentos lingüísticos capaces de dar cuenta de los mecanismos de significación de ciertas expresiones de lengua natural cuya importancia resultaba crucial en la argumentación. Derivado de esto, dos de las principales vertientes de mi trabajo de investigación han sido, por un lado, la de la “macroestructura” argumentativa y, más recientemente, la de la “microestructura”, por así llamar a los valores individuales que ciertas expresiones aportan al combinarse con otras en un enunciado.
Por otro lado, es evidente que no todo lo que “decimos” lo decimos de la misma manera, sino que algunos contenidos los transmitimos directamente, y otros, de modos más o menos implícitos, de tal forma que para descifrarlos es necesario emplear distintos procedimientos. Me interesa el estudio de esa variedad de dimensiones de significación de un enunciado y de los mecanismos –especialmente las inferencias lingüísticas– involucrados en la comunicación de los contenidos pertenecientes a cada una de ellas.
Desde 2011 es Profesora-Investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, donde forma parte del Seminario de Semántica y Sintaxis (CELL) y del respectivo Cuerpo Académico (PROMEP). En el Doctorado en Lingüística de El Colegio de México imparte la asignatura de Semántica. También ha sido docente en otras instituciones, como la Universidad Panamericana (donde fue profesora de Introducción a la Filosofía, Antropología Filosófica, Lógica I, II, III y IV, Historia de la Filosofía I y II, entre otras), la Universidad Nacional Autónoma de México-CELE (Pragmática, Semántica), la Universidad Autónoma de Querétaro (Epistemología y Lingüística) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (Filosofía del Lenguaje). Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1) y cuenta con el Perfil PROMEP.
Mi interés por la semántica y la pragmática, áreas dentro de las cuales se sitúa mi investigación, tuvo su origen cuando, durante mis estudios de filosofía, analizaba textos argumentativos. Me di cuenta de que muchos de los contenidos implícitos que servían para hacer persuasiva o razonable una argumentación no eran analizables con las herramientas de la lógica formal, sino con instrumentos lingüísticos capaces de dar cuenta de los mecanismos de significación de ciertas expresiones de lengua natural cuya importancia resultaba crucial en la argumentación. Derivado de esto, dos de las principales vertientes de mi trabajo de investigación han sido, por un lado, la de la “macroestructura” argumentativa y, más recientemente, la de la “microestructura”, por así llamar a los valores individuales que ciertas expresiones aportan al combinarse con otras en un enunciado.
Por otro lado, es evidente que no todo lo que “decimos” lo decimos de la misma manera, sino que algunos contenidos los transmitimos directamente, y otros, de modos más o menos implícitos, de tal forma que para descifrarlos es necesario emplear distintos procedimientos. Me interesa el estudio de esa variedad de dimensiones de significación de un enunciado y de los mecanismos –especialmente las inferencias lingüísticas– involucrados en la comunicación de los contenidos pertenecientes a cada una de ellas.